viernes, 15 de marzo de 2013

Echo de menos el amor

Echo de menos sentir

Nos pasamos la vida hablando, pensando, escribiendo, viendo y soñando con el amor. Muchas veces me paro a pensar y llego a la conclusión que nuestras vidas giran en torno al amor, ya sea buscándolo, disfrutándolo o añorándolo pero siempre siendo parte necesaria e imprescindible en nuestra vida. 

Como ya he demostrado en varias ocasiones, no se si con mucho o poco acierto, uno de mis hobies es escribir, plasmar palabras una tras otra intentando exponer al mundo, o por lo menos a quien pasa sus ojos por estas letras, lo que siento, lo que pienso y lo que vivo. 

Yo siempre digo que en la vida hay que ser valiente,  hay que mirar al destino a los ojos y enfrentarte a sus consecuencias. Si, si, eso es lo que siempre digo, pero, ¿y lo que hago? Soy la más cobarde entre los cobardes, soy el cerdito del cuento de los tres cerditos que se esconde dentro de su casa de paja porque tiene miedo del lobo, soy esa persona que cuando ve que va a haber pelea echa a correr en dirección contraria, soy la que no puede meterse en el mar sin decir mil y una veces, ¿seguro que no hay peces?, soy esa persona con la que sus amigos no quieren ver películas de miedo porque les doy vergüenza ajena, soy la que jamás entra en la casa del terror de los parques de atracciones y por tanto soy la que me contradigo con mis propias palabras.

Si, no te voy a mentir, soy todo eso y mucho mas. Tengo mil defectos de los que no estoy orgullosa, soy perezosa, vaga, despreocupada, ruidosa, cotilla.... y así hasta el final. Pero tampoco te voy a decir que soy todo defectos, por supuesto que no, al contrario, tengo mil y una virtudes, y de la que más orgullosa estoy en un pensamiento y reflexión como esta es que soy valiente en el amor, si, no me da miedo, me gusta correr riesgos, me gusta dejarlo todo, soy capaz de pasarme la vida intentando buscar el amor y jamás dire que no lo siga buscando, creo que el amor lo es todo y sin él, el mundo no sería mundo, las personas no serían personas y la vida tendría un color del que no querría formar parte.

Por esa gran virtud de la que estoy orgullosa, he de mostrar mi gran defecto, soy impaciente y nerviosa hasta más no poder, y eso de tener que esperar cuando no sabes que esperas ni cuando llegará es una de las peores cosas que llevo en la vida, por eso desde aquí, hago una llamamiento a esos corazones impacientes, solitarios y con ganas de enamorarse para que me cuenten su secreto, para que me cuenten como pueden vivir con este sin sentido, con ese desasosiego que no me deja respirar y por el cual tengo miedo perder la razón. Así que sin mas dilación repito lo antes dicho, echo de menos sentir, echo de menos el amor.